El tratamiento terapéutico isotérmico mediante temperatura ajustable con precisión.
Ocean Clinic y Dr. Kaye han empleado la hiloterapia (terapia térmica controlada) en todos sus pacientes de cirugía facial desde mas que 3 años, comprobando sus múltiples beneficios y siendo la única clínica de cirugía plástica y estética en la Costa utilizando esta nueva tecnica.
Los síntomas típicos postoperatorios asociados con la cirugía facial son: dolor, inflamación y hematomas. Tradicionalmente, se aconseja la aplicación de frío después de una intervención: compresas químicas de corta duración, bolsas de guisantes congelados, o simplemente, hielo para disminuir dichas secuelas, pero en muchas ocasiones ésta no es una buena alternativa ya que la temperatura del material congelado no es la óptima para los tejidos blandos, por su repercusión en el aporte sanguíneo y en el drenaje linfático.
Un rango de temperatura entre 0 y 7 grados centígrados va a disminuir tanto la vascularización del territorio intervenido como el drenaje linfático en dicha zona, por lo que los mecanismos de prevención de la inflamación se van a ver comprometidos al aplicar las medidas citadas anteriormente.
Gracias al empleo de hiloterapia, o crioterapia, podemos conseguir y mantener una temperatura idónea y constante que no limita el aporte sanguíneo ni bloquea el drenaje linfático, por lo que la repercusión sobre la inflamación, el dolor asociado a la misma y la aparición de hematomas, se limitan considerablemente, lo que proporciona un alto grado de confort y seguridad a las pacientes, que reciben este tratamiento desde la finalización de su cirugía hasta 24-48 horas pasada la misma.
La colocación de uno o varios dispositivos isotérmicos, anatómicamente diseñados, que regulan con precisión la temperatura facial en los pacientes intervenidos quirúrgicamente. El sistema, a través de varios modelos de máscaras, según la región facial intervenida, funciona con un circuito cerrado de agua que se mantiene a una temperatura constante, lo que permite controlar la inflamación postoperatoria, limitando el dolor y la aparición de hematomas.
La máscara, que es relativamente cómoda y fácil de colocar y retirar cuando es necesario, nos permite mantener la temperatura óptima en la zona intervenida de manera constante, sin el riesgo de congelación de los tejidos. En la actualidad disponemos de nuevos diseños de máscara, con mejor adaptación anatómica y excelente funcionamiento.
Nuestras pacientes suelen tener mucho menos hematomas y séquelas visibles de su cirugía facial, además, notamos una menor incidencia de problemas asociados con la inflamación postoperatoria así como una menor demanda de analgesia tras la cirugía.